17 de mayo de 2009

Diario de un Vampiro

Lentamente me levanto de mi marmolea cama, la hojarasca se funde produciendo bajo mis pies un sendero de sueños rotos. La luz lunar me enfoca produciendo en mi fría y pálida piel un espejo natural en el que se ve reflejado el rostro de todas y cada una de mis víctimas.
El hambre tiñe mis ojos de un color grisáceo semejante a la lapida que me sirve de asiento y el bosque que a sido mi casa desde aquel fastidioso día, se a ido transformando en  mi cárcel.
Las ramas de los arboles se quiebran a mi paso produciendo un estrepitoso ruido que inunda todo el bosque.