30 de noviembre de 2011

Divagaciones de un filósofo prejubilado...

De estas veces que sabes que nadie te mira y haces algo  indebido y te pillan de lleno...

Una cosa es lo que creemos ser y otra lo que realmente somos, de igual manera que aparentamos ser lo que verdaderamente no somos.
Vivimos en un mundo de mascaras y espejos, y negarlo, sería una autentica estupidez.
Reflejamos en el ajeno una imagen de diferencias desmesuradas a la real, pero, ¿cómo vamos a mostrar la verdadera, si nosotros mismos desconocemos nuestra propia naturaleza?
Por mi parte, he de decir, que nunca he creído lo que mis ojos captaban, pero varios ``amigos´´ me han demostrado que ni de los ojos, ni del tacto, ni del oído me puedo fiar... siempre me quedará el olfato...y el mundo platónico...

29 de noviembre de 2011

Pensamientos...

De estas veces que ofreces amablemente la mano y te devoran con ropa incluida...
Todos tenemos un familiar, cercano o lejano ( eso da igual), de esos que cuando menos te lo esperas te invade la casa con el hijo, el carrito del hijo, el hermano del hijo, la maleta del colegio del hijo (con bocata de paté incluido, que el niño tiene que ``comé´´),  una muda por si las moscas, el coche teledirigido para que no se aburra, dos toquillas porque  ``una esta manchá y la tienes que lavá´´, y si no tienes cuidado te trae la cama y hasta la partida de nacimiento del niño y del padre de éste que le está ``dando mu mala via´´.



Cambiando de tema radicalmente diré que tenía pensado poner tan solo una frase de este texto de Rosario Troncoso (pero no se lo que quitar, asi que lo pongo todo que tampoco me cuesta dinero):

``A lo mejor me he equivocado de oficio, vocación o estilo de vida. A lo mejor soy demasiado alta o demasiado rubia (de bote), o me pinto demasiado los ojos...
A lo mejor frecuento demasiados saraos literarios y demasiadas redes sociales.
Pero es que soy hija única, y me metí a poeta para que me quisieras, para que me quisiérais, para que me quisieran.
A lo mejor soy una egocéntrica y una mediocre. Es lo más seguro.
Intentaré ser discreta, y creeré en otros dioses.
A partir de ahora negaré estar en antologías, rehusaré las invitaciones e intentaré fingir que quiero pasar desapercibida.
Estoy perdiendo el norte. Y ya se sabe lo que ocurre cuando uno se desorienta: llega la sequía.´´