3 de julio de 2010

Tristeza.

Aveces, sólo aveces, en los cuerpos más pequeños cohabitan, entre ideas infantiles y pensamientos de patio de recreo, almas inmensas y filosofías de vida envidiables.
Nos dan consejos, aunque no sean conscientes de ello, con su voz queda o quizás chillona dan lecciones de comportamiento.
El tiempo pasa y sus almas manchadas por situaciones adversas, por derechazos del tiempo; pierden toda la inocencia que en ellas existía.