9 de marzo de 2009

Autor: Francisco Raposo

Camino de espuma negra 
El sol me quemaba las pupilas rasgadas por la brisa marina. Todo estaba distinto; la casa, la arena, el mar, todo había cambiado... ¿Cómo era posible?,si sólo estuve dos meses fuera, el tiempo de comprar la autoestima gélida transportada desde la muerte de mis padres.
A pesar de todos los cambios me encontraba bien, estaba agusto, tranquilo...
Tenía la vista posada en la aureola luminosa producida por los neonatos rayos de sol en la superficie marina, cuando escuché una voz melodiosa e inolvidable. Mi tía Clara corría hasta donde yo me encontraba con los brazos abiertos, su rostro desprendía alegría y consuelo. Sus pies produjeron un extraño sonido que me transportó al verano de 1998, cuando la playa en la que estaba se llenaba de familiares correteando por la orilla. Me abrazó y con los ojos inundados de reproches me dijo con dificultad:
_ Por fin has vuelto_ estaba sola, todos habían fallecido en aquel terrible accidente de avión, solo vivíamos nosotros dos.

8 comentarios:

Amparo Bernal dijo...

Es increíble como un simple gesto o ruido, como el de los pies de tu tía Clara, puede hacer que de pronto aparezcan ante nosotros otras vivencias tan exactar que rememoramos escenas de un pasado lejano.
Es muy interesante y bello tu escrito, te felicito.
Besos

Carmen dijo...

Genial, muy bien escrito y con una dosis de enganche perfecta. Enhorabuena.

Francisco dijo...

Gracias, bueno intento superarme cada día.
Muchísimas gracias por leerme, esto me sube la autoestima que anda bajo cero, jajajajaja

TOÑI dijo...

hola francisco. Me gusta ese punto macabro que tiens. Tus textos son muy agradables para mí. ciao ciao

Clarita dijo...

EScueto pero llenísimo de sentimientos!he notado los rayos del sol iluminandome mientras me imaginaba la fría arena empezándose a calentar por ese sol que aquel día que nos describes vió demasiada muerte y catástrofe!
Un placer volver, aunque esta vez he tardado demasiado!jeje
Un beso cielo

Francisco dijo...

Gracias Toñi.
No importa lo que tardes, siempre y cuando vuelvas, te estaré esperando con los brazos abiertos.
Gracias, de verdad, no sabéis como me alaga que os guste.

Alatriste dijo...

¡Hola!
¿Cómo estas?, ¿Cómo va todo?
Me acordé hoy de ti y por eso me perdí un ratito entre tus palabras.
Un abrazo desde mi humilde desván y felicidades por tus escritos. A ver si saco un poco más de tiempo, pues últimamente estoy bastante agobiado, pero ya ves que no me olvido de ti.
Hasta pronto.

Clarita dijo...

Oyeee, que pasa que ya no escribes, aunque con tantos blogs ando un poco perdidilla, así que infórmeme usted del blog en el cual escribes ahora más y te leooooo!!!Valeee?
Un besotillo gordo