17 de febrero de 2010

Tomás II

Detrás quedó la noche y mis pies pisaban de nuevo el frío suelo- ¿Y mis zapatillas?- después de colocarme la bata como quien la tira sobre un perchero salgo de mi habitación.

- Buenos días mamá- se le notaba que no había pegado ojo y que el llanto seguía llamando a su ventana arrojando piedras que encontraba por el camino de la ciudad.
- Buenos días, he hecho tostadas- ya había cogido un par antes de que concluyese la frase, en esos momentos es cuando más se notaba su ausencia, su mirada por encima del periódico, sus chistes malos, su torrente desmesurado...
-... y su voz ronca- rápidamente meré a mi madre, estaba llorando, por mi culpa, por no poder controlar mi lengua, mis pensamientos...

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