En la soledad de mi cuarto,
compañera fiel que no requiere llamada, ni reclamo, ni palmadas, sólo busca tu llanto desconsolado y un golpe y un grito.Y en la soledad de mi cuarto
sin saber si hay más vida tras mis paredes, tras mis poros, tras mi mente. Delicioso sabor a polvo.Y el móvil con su voz rota tras siglos de abandono, tras años de exílios en el fondo de un cajón; ya no tiene timbre, se le ha olvidado como se usaba.
El tedio se ha instalado en mi reflejo, joven anciano de ojos exacerbados, y temo que no quiera abandonarme.
Los cuadros me miran y se ríen, se ríen de mi como si les pareciera gracioso mi situación, mi angustia.
No hizo falta llamarla, vino sola, se instaló y no dejó que me marchara.
5 comentarios:
Hola! Aquí estoy otra vez visitandote, ésta vez para invitarte a leer capitulo
nro. 4 de mi novela, me encantaria saber tu opiñon, te dejo el enlace...
http://creatividadyletras.blogspot.com/2010/08/regreso-casa-parte-4.html
Un beso y mi amistad...
Alexander♥
El labverinto de las soledades puede ser terriblemente amargo, si no se abren las ventanas para dejar que vuelen las ausencias y penetren los sueños y la vida.
Detrás de las paredes de tu cuarto hay vida Francisco, y algunas veces merece la pena vivirla.
Un beso
Creo que muchos nos hemos sentido así alguna vez... Resulta angustioso, pero cuando se está así, lo que debemos hacer es encontrar un equilibrio entre el mundo real y el nuestro. Ánimo!
Un abrazo y te sigo,
Manu.
perfecta la descripción de tu exilio. Aquí tienes a un seguidor que te invita a su blog. Un saludo
hay millones de voces, ante vos, y despues de vos!bello poema!
me siento orgullosa de que me sigas...es un orgullo y aprendizaje,
siempre!
un abrazo
lidia-la escriba
Publicar un comentario