18 de agosto de 2010

La Desesperación de José de Espronceda

La Desesperación



[...]



Me agrada un cementerio
de muertos bien relleno,
manando sangre y cieno
que impida el respirar,
y allí un sepulturero
de tétrica mirada
con mano despiadada
los cráneos machacar.


Me alegra ver la bomba
caer mansa del cielo,
e inmóvil en el suelo,
sin mecha al parecer,
y luego embravecida
que estalla y que se agita
y rayos mil vomita
y muertos por doquier.


Que el trueno me despierte
con su ronco estampido,
y al mundo adormecido
le haga estremecer,
que rayos cada instante
caigan sobre él sin cuento,
que se hunda el firmamento
me agrada mucho ver.


La llama de un incendio
que corra devorando
y muertos apilando
quisiera yo encender;
tostarse allí un anciano,
volverse todo tea,
y oír como chirrea
¡qué gusto!, ¡qué placer!

3 comentarios:

María dijo...

La desesperación de Espronceda, era mucha desesperación, por cierto que el poema termina...
"Me agradan las queridas
tendidas en los lechos,
sin chales en los pechos
y flojo el cinturón,
mostrando sus encantos,
sin orden el cabello,
al aire el muslo bello...
¡Qué gozo!, ¡qué ilusión!"
Igual su desesparación no era tanta ni tal.
Un abrazo.
(Me gusta el Romanticismo como movimiento poético)

Anónimo dijo...

la desesperación de quien fuere,se te lleva la VIDA,
bello texto
gracias por comentar en mi blog
lidia-la escriba

Unknown dijo...

Lo sé María, pero esta es la parte que más me gusta!! Y tenemos algo en común, a los dos nos gusta el Romanticismo como movimiento poético.
Un abrazo.