6 de diciembre de 2009

Navidad de ausencias.

Esa marca que dejamos al andar,
impresa con el fuego
de cualquier dios griego.

Ese recuerdo de las navidades
que anclamos para no perderlo,
para no olvidar que seguimos existiendo,
que en realidad nuestras raíces
intentan aferrarse al suelo,
para no perderlo.

Rellenamos las ausencias
con polvorones y regalos,
para no perdernos entre las sombras
de los abetos que pacientemente
esperan su muerte.

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